sábado, 31 de diciembre de 2011

Walking Around

Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
Navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tapias mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.
Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.


Pablo Neruda

Walking around

Walking Around

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It so happens I am sick of being a man.
And it happens that I walk into tailorshops and movie
houses
dried up, waterproof, like a swan made of felt
steering my way in a water of wombs and ashes.

The smell of barbershops makes me break into hoarse
sobs.
The only thing I want is to lie still like stones or wool.
The only thing I want is to see no more stores, no gardens,
no more goods, no spectacles, no elevators.

It so happens that I am sick of my feet and my nails
and my hair and my shadow.
It so happens I am sick of being a man.

Still it would be marvelous
to terrify a law clerk with a cut lily,
or kill a nun with a blow on the ear.
It would be great
to go through the streets with a green knife
letting out yells until I died of the cold.

I don't want to go on being a root in the dark,
insecure, stretched out, shivering with sleep,
going on down, into the moist guts of the earth,
taking in and thinking, eating every day.

I don't want so much misery.
I don't want to go on as a root and a tomb,
alone under the ground, a warehouse with corpses,
half frozen, dying of grief.

That's why Monday, when it sees me coming
with my convict face, blazes up like gasoline,
and it howls on its way like a wounded wheel,
and leaves tracks full of warm blood leading toward the
night.

And it pushes me into certain corners, into some moist
houses,
into hospitals where the bones fly out the window,
into shoeshops that smell like vinegar,
and certain streets hideous as cracks in the skin.

There are sulphur-colored birds, and hideous intestines
hanging over the doors of houses that I hate,
and there are false teeth forgotten in a coffeepot,
there are mirrors
that ought to have wept from shame and terror,
there are umbrellas everywhere, and venoms, and umbilical
cords.

I stroll along serenely, with my eyes, my shoes,
my rage, forgetting everything,
I walk by, going through office buildings and orthopedic
shops,
and courtyards with washing hanging from the line:
underwear, towels and shirts from which slow
dirty tears are falling.


Translated by Robert Bly


Pablo Neruda

Capricho

Capricho 2
Escrútame los ojos sorpréndeme la boca,
sujeta entre tus manos esta cabeza loca;
dame a beber veneno, el malvado veneno
que moja los labios a pesar de ser bueno.

Pero no me preguntes, no me preguntes nada
de por qué lloré tanto en la noche pasada;
las mujeres lloramos sin saber, porque sí.
Es esto de los llantos pasaje baladí.

Bien se ve que tenemos adentro un mar oculto,
un mar un poco torpe, ligeramente oculto,
que se asoma a los ojos con bastante frecuencia
y hasta lo manejamos con una dúctil ciencia.

No preguntes amado, lo debes sospechar:
en la noche pasada no estaba quieto el mar.
Nada más. Tempestades que las trae y las lleva
un viento que nos marca cada vez costa nueva.

Sí, vanas mariposas sobre jardín de Enero,
nuestro interior es todo sin equilibrio y huero.
Luz de cristalería, fruto de carnaval
decorado en escamas de serpientes del mal.

Así somos, ¿no es cierto? Ya lo dijo el poeta:
deseamos y gustamos la miel en cada copa
y en el cerebro habemos un poquito de estopa.

Bien. No, no me preguntes. Torpeza de mujer,
capricho, amado mío, capricho debe ser.
Oh, déjame que ría. ¿No ves que tarde hermosa?
Espínate las manos y córtame una rosa.

Alma Desnuda

Alma desnuda

Soy un alma desnuda en estos versos,
alma desnuda que angustiada y sola
va dejando sus pétalos dispersos.

Alma que puede ser una amapola,
que puede ser un lirio, una violeta,
un peñasco, una selva y una ola.

Alma que como el viento vaga inquieta
y ruge cuando está sobre los mares
y duerme dulcemente en una grieta.

Alma que adora sobre sus altares
dioses que no se bajan a cegarla;
alma que no conoce valladares.

Alma que fuera fácil dominarla
con sólo un corazón que se partiera
para en su sangre cálida regarla.
Alma que cuando está en la primavera
dice al invierno que demora: vuelve,
caiga tu nieve sobre la pradera.

Alma que cuando nieva se disuelve
en tristezas, clamando por las rosas
con que la primavera nos envuelve.

Alma que a ratos suelta mariposas
a campo abierto, sin fijar distancia,
y les dice: libad sobre las cosas.

Alma que ha de morir de una fragancia,
de un suspiro, de un verso en que se ruega,
sin perder, a poderlo, su elegancia.

Alma que nada sabe y todo niega
y negando lo bueno el bien propicia
porque es negando como más se entrega.

Alma que suele haber como delicia
palpar las almas, despreciar la huella,
y sentir en la mano una caricia.

Alma que siempre disconforme de ella,
como los vientos vaga, corre y gira;
alma que sangra y sin cesar delira
por ser el buque en marcha de la estrella.

Alfonsina Storni

miércoles, 28 de diciembre de 2011

y el ingenioso Hidalgo lo menciona, que a su austera condena de libros se enajena y vuelve a vuestro tiempo, colmado de impaciencia fervor y valentia



la razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura, y también cuando leía: los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas se fortifican, y os hacen merecedora del merecimiento que merece la vuestra grandeza.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Tumba, Tumba la volada

Tumba, Tumba la volada,

Que dos de tres, en uno es nada

Tumba, Tumba la volada,

Que Don Juan Tenorio vio a su amada

Tumba, Tumba la volada,

Que mata o muere es la ganancia,

Pues Doña Hortensia en su estancia,

Virgen muerta, hasta la mancha.

Tumba, Tumba la volada,

Que el batallón con resonancia,

Hizo a aquel varón, el gran Napoleón,

Un mariscal con importancia

Tumba, Tumba la volada,

Que las estrellas se resbalan,

Cantan rondas de inmoladas,

Santa virgen, la mañana

Tumba, Tumba la volada,

Rojo, blanco y tu mirada

Con fusil y una espada,

Te vi huir de mi morada

Tu

Para que pasiones que pueblan mi alma,

Si lo que necesito es tu amor que me da la calma.

Para que plantar migajas de soledades intactas,

Si tu mirada basta, porque a mi ser engaña.

No te puedo dejar salir de esta jaula magna,

Capricho de mi amor, de tu alma humana,

No puedo dejar correr la rosa al agua,

Cuando mis ojos lloran y el espíritu mata

Corregiré mi camino hacia el destierro sacro,

Que sollozan cansados los inmolados santos,

Porque a servirte vivo y a mi muerte engaño,

Porque no estarás allí, tú me haces daño

Mil heridas, llagas, llegan a mi lado,

Dulce, claustra y fría que a tu nombre canto,

¡Que tú nombre río!

¡Que a tu nombre sabio…

Poema III

Dulce, bella figura.

El ramo de madera que ayer cantaba tu nombre,

Se ha ido, ha sido arrebatada por constelaciones indeseables,

De llantos y desgarradas figuras.

Innumerables hojas se han desdoblado con el tibio encanto

De tu figura dorada, adornada con el bello encanto

De las estrellas y de las flores.

Grita furioso el fuego sediento de tu ser infinito,

Sacude los mares de tu silencio dormido

Derramada tu sangre en mí, la copa de tu abismo.

Se ha perdido el orden de tus litorales y tus valles,

Se ha tornado absurdo, tus poesías, encanto de los hierbales.

Como el simple rezo de tu locura, como la simple

Aurora de los arrabales.

Si te vas, es por qué lo quieres,

Pero algún día, cuando el ruin acecho

De la soledad llegue a ti, vendrás a buscarme

Y te diré que alguna vez fui tuyo, pero que ahora,

Escapando de tu furia encantadora, que me enloquece

Te diré. Vete- ¡Ya no pienso en ti!

Guido Martin Roa Giménez

Poema II

Ya mi casa está limpia

Cuando me di cuenta, ya mi casa estaba limpia,

Parecía que toda la selva pétrea y putrefacta nunca existió.

No fue sino más que un sueño- dije,

Pero al final mi vida se desintegró.

Necesitaba que aquel espanto se alejara de casa,

No veía la hora de decir adiós a esa podredumbre,

Infame vida de mucha ignorancia.

Mis manos temblaban, al escuchar su voz,

El desquicio eterno de él se apodero,

Se creía Dios, Javhe el gran Señor.

Pero al final como polvo este acabó

No fue nada más que un simple esclavo de su ambición.

Mi casa está limpia Señores,

Aquel animal ruin ya se extinguió,

Que en paz descanses hijo de Dios,

Solo me resta decirte y regalarte el perdón.

Martin Giménez

Poema I

Poema I

Mátame en esta noche loca,

Que me quisiste amar con la sabia en gotas,

Que mi nombre llevas de boca en boca,

Para decir adiós, a tu nombre toda

Besame que la noche es corta,

Y sin mirar atrás, mi alma te invoca,

Que a la mar la sal y en mi pecho rosa

Viérteme con tu vida toda,

Que el azul del cielo en tus manos llora,

Que mis labios gritan que tu ser añora,

Besame que la noche es corta

nevitablemente Eres

Inevitablemente Eres

Inevitable sal que derramas tu blancura

Sobre la aurora celeste que pinta el mar,

Inevitable luna que caes en decadencia

Como la flor marchita, llanto brutal.

Oscura muchedumbre que enmudece los pasamientos de mi alma

Y decoras con navajas filosas los labios malditos

Cielo olvidadizo de un canto escondido

Que conviertes la luz en tu estrella distante

Eres lápida de recuerdos que acaricia mi mejilla,

Intacta e incómoda, dormida eternidad,

Eres alba, luz difusa, llama de hojarasca,

Equipaje mágico de mi locura soledad

Eres sol eres luna, eres mi bien y mi mal,

Cadenas que pasan y que me torturan,

Eres diosa al andar

Eres odio, eres amor, eres mi código inmortal

Eres astucia y valentía, eres guerra y eres paz,

Eres salvaje y bravura, tus labios de coral,

Eres sueño y fuente oscura, eres toda serenidad,

Eres el canto de las aves y las selvas sin final,

Eres nada y sabiduría, eres mi Diosa eternidad.

Eres sol, eres la luna,

Eres mi bien, eres mi mal.

Martin Buonarotti

Costa Rica-Mayo, 2011

Es mi tierra

Es mi noble tierra santa, la que me ha visto crecer

La que me mira, la que me ha visto volar.

Es mi noble tierra santa, la que me guarda,

La que me entiende y la que me ha visto llorar.

Es ella, la que ha escrito mi nombre en sus paisajes bucólicos

Y la que me ha hecho soñar, la que lleva en su frente la guerra

Y la victoria en su caminar.

Es mi tierra. La que representa mi historia, mis angustias

Y mis penas en el mar; Es mi tierra. La que grita y llora,

La que me llama a volver a empezar.

Esta es mi tierra. En donde nací y donde hoy vuelvo a morar,

La cuna donde mecí, mis sueños al andar,

La sabrosa velada de guitarras, mi mágico lunar.

Esta es mi tierra, mi dulce morada,

Mis gritos de sueños,

Mi suave muladar.

Martín Buonarotti

03, junio-2011

Duérmete Niño

Duérmete niño, que pronto amanecerá

Y los dulces caramelos tu boca llenaran,

La miel de los campos y los dulces serán,

Tú alimento y tú canto, niño Don Juan

Duérmete niño, duérmete ya,

Que las sirenitas irán al coral,

Que los muñecos mágicos y alegres,

De su mundo saldrán.

Duérmete niño, duérmete ya,

Que en este mundo loco, eres uno más,

Y en el mundo de las hadas madrinas,

Serás un príncipe ya.

Duérmete niño, duérmete ya,

Que no quiero que sufras, no quiero verte llorar,

Porque este mundo es horrible y no vale la pena

Despertar.

Martin Buonarotti

24, Junio, 2011

Asunción- Paraguay

Quien soy?

y si en el alma mia algun dia encuentras dolor, por que en verdad supe amarte y todo aquel amor, no ahora ya mas que un desafio a olvidarte y cerrarte el corazon.