Ya mi casa está limpia
Cuando me di cuenta, ya mi casa estaba limpia,
Parecía que toda la selva pétrea y putrefacta nunca existió.
No fue sino más que un sueño- dije,
Pero al final mi vida se desintegró.
Necesitaba que aquel espanto se alejara de casa,
No veía la hora de decir adiós a esa podredumbre,
Infame vida de mucha ignorancia.
Mis manos temblaban, al escuchar su voz,
El desquicio eterno de él se apodero,
Se creía Dios, Javhe el gran Señor.
Pero al final como polvo este acabó
No fue nada más que un simple esclavo de su ambición.
Mi casa está limpia Señores,
Aquel animal ruin ya se extinguió,
Que en paz descanses hijo de Dios,
Solo me resta decirte y regalarte el perdón.
Martin Giménez
No hay comentarios:
Publicar un comentario